El Universo Nació del Caos … y el Alma También
Antes de que existieran dioses, formas, nombres o certezas, los egipcios imaginaron un vacío primordial: un océano infinito de oscuridad, silencio y desorden. No era todavía el mal, ni la nada absoluta, sino un estado sin dirección, sin estructura, sin propósito. Un caos que lo contenía todo, pero que aún no era nada.
Desde esa visión inicial surge una pregunta poderosa: si el mundo nació del caos, ¿por qué los seres humanos sentimos una necesidad tan profunda de orden, de justicia, de sentido? ¿Por qué no nos basta con existir, sino que buscamos explicaciones, límites, reglas, destinos?
En la cosmovisión egipcia, el universo no es un escenario pasivo. Es un sistema frágil, que solo se mantiene en equilibrio mientras el orden se respeta. La creación no fue un acto definitivo, sino el primer triunfo del orden sobre el desorden. Un triunfo que debía repetirse todos los días, tanto en el cielo como en la vida de los hombres.
Y aquí aparece una idea inquietante: si el universo requiere equilibrio para existir, ¿qué ocurre cuando ese equilibrio se rompe dentro del ser humano? ¿La muerte es simplemente el final del cuerpo… o la prueba suprema de si fuimos parte del orden o del caos?
Esta entrada no busca solo narrar cómo los egipcios explicaban el origen del mundo o el destino del alma. Busca cuestionar por qué seguimos necesitando, miles de años después, las mismas respuestas: de dónde venimos, qué nos sostiene… y qué nos espera cuando todo parece terminar.
El nacimiento del mundo: cuando el orden emerge del abismo
Según los antiguos egipcios, antes de todo existía el Nun, el océano primigenio. No era agua como la conocemos, sino una sustancia oscura, infinita, sin dirección ni forma. Un estado previo a toda creación, donde no había tiempo, ni espacio, ni vida, ni muerte. Solo potencial.
De ese vacío surge Atum, el primer principio creador. No es un dios que descienda del cielo, sino una conciencia que emerge del caos por sí misma. Atum no crea por mandato ni por voluntad externa: crea por necesidad. Porque incluso el caos, al parecer, tiende a organizarse.
De Atum nacen Shu (el aire) y Tefnut (la humedad), fuerzas invisibles que separan, empujan, permiten el movimiento. Luego surgen Geb (la tierra) y Nut (el cielo), originalmente unidos en un solo cuerpo. Es Shu quien los separa, levantando el firmamento y dejando a la tierra abajo. Así aparece el primer espacio habitable, el primer escenario donde la vida podrá existir.
Aquí la creación no ocurre por una explosión ni por una palabra divina, sino por una serie de separaciones: cielo de tierra, agua de aire, orden de desorden. El mundo nace cuando algo deja de estar unido a todo.
Y esta idea abre una grieta filosófica poderosa: ¿crear es unir… o separar? ¿El equilibrio nace de juntar fuerzas o de mantenerlas a distancia? Incluso hoy, la ciencia explica el origen del universo mediante expansiones, rupturas, distancias, separaciones.
Para los egipcios, el cosmos no era eterno ni estable por naturaleza. Era un sistema frágil sostenido por el equilibrio constante entre fuerzas opuestas. Cada amanecer representaba una victoria diaria del orden sobre el caos. Y cada noche, una amenaza latente de que todo pudiera volver a hundirse en la oscuridad primordial.
Si el universo depende de ese equilibrio para existir… ¿qué pasa con el ser humano, que también vive atrapado entre impulsos opuestos, razón y deseo, destrucción y construcción, vida y muerte?
La Colina y la Palabra: El Primer Triunfo de la Forma
Cuando las ocho fuerzas opuestas de la Ogdoada (el aire oculto, el infinito, la oscuridad y el agua) alcanzaron un punto crítico de efervescencia dentro del Nun, la inercia se rompió.
En medio del vacío líquido, sucedió lo imposible: la materia se solidificó por primera vez.
El Surgimiento de Benben: El Primer Grito
Este primer lugar sólido en el cosmos fue la Colina Primordial, conocida como Benben. Era más que un simple montículo de barro; era el punto focal del orden, el lugar sagrado donde el potencial se convirtió en realidad.
El Benben es una metáfora poderosa:
Representa la esperanza de la estabilidad en el tumulto.
En la mitología, se cree que esta colina se manifestaba en el templo de Heliópolis, el centro de adoración solar.
Es la prueba tangible de que el caos puede ser dominado, al menos temporalmente, por la voluntad.
Atum: La Autocreación Solitaria
Sobre esta colina solitaria apareció Atum, el dios solar.
Atum no fue creado por otros dioses; él es la manifestación del acto de existir. Se levantó del Benben por su propia voluntad, siendo a la vez la materia y la fuerza que la animó. Su nombre, que significa "el completo" o "el que no tiene fin", lo define como la totalidad de la existencia antes de que fuera dividida en partes.
Para los egipcios, esta autocreación planteaba el enigma de la soledad divina:
¿Cómo puede la existencia comenzar si no hay nadie más para nombrarla, para testificarla?
Se narra que, al estar solo en el vasto silencio de Nun, Atum sintió la necesidad de dar forma y diversidad al universo. El método que utilizó para generar la vida no fue mediante la unión con una compañera, sino a través de un acto profundamente íntimo y solitario:
En algunas versiones, escupió a la existencia.
En la más famosa, se masturbó, depositando su semilla, que contenía el potencial de todo.
De este esfuerzo solitario nacieron los dos primeros principios diferenciados del cosmos:
Shu (el Aire o la Atmósfera).
Tefnut (la Humedad o el Rocío).
Con el nacimiento de Shu y Tefnut, el universo dejó de ser una unidad solitaria (Atum) y se convirtió en una díada, iniciando así la cadena de divisiones que culminaría en la formación del mundo físico y la humanidad. El esfuerzo de Atum fue el inicio del orden; un orden que ahora debería ser sostenido por sus hijos.
La Enéada y el Andamiaje del Cosmos
Tras el primer acto de existencia de Atum, la creación avanza como una serie de divisiones necesarias. El objetivo ya no es existir, sino construir el andamiaje que separará y delimitará el universo.
De la pareja primordial de Shu (el Aire) y Tefnut (la Humedad) nacieron las fuerzas que definen el espacio y el tiempo. Esta segunda generación estableció los límites físicos de nuestro mundo:
Geb y Nut: La Separación
Geb (La Tierra): Él es el soporte inerte, la geografía sólida, la base. Su cuerpo es el suelo que pisamos y del que surgen los cultivos.
Nut (El Cielo): Ella es el arco infinito, la bóveda estrellada, la que envuelve. Nut es la madre de los astros y el camino del Sol (Ra) durante la noche.
La leyenda cuenta que Geb y Nut estaban originalmente abrazados en una unión tan íntima que impedía que nada más existiera entre ellos. Fue Shu (el Aire), siguiendo el mandato de Atum, quien realizó la tarea crucial de la creación: separarlos.
La Semilla de la Humanidad: Los Hijos de la Tierra y el Cielo
La separación permitió que el espacio existiera, y en ese espacio nacieron los dioses que interactuarían directamente con el destino y la moral de la humanidad, dando forma a la vida y la muerte.
Nut y Geb engendraron a los cinco grandes dioses del panteón, conocidos como la Gran Enéada (un grupo de nueve deidades que definen la estructura básica de la creación):
| Deidad | Rol en el Cosmos | El Concepto que Define |
|---|---|---|
| Atum | El Creador que se autocrea; el Sol de la tarde. | La Totalidad y el Origen Único. |
| Shu | El Aire; el que separa el cielo y la tierra. | El Espacio y el Sostén Perpetuo. |
| Tefnut | La Humedad y el Rocío. | La Fertilidad y la Estructura. |
| Geb | La Tierra; el suelo y la vegetación. | El Límite Físico. |
| Nut | El Cielo; la bóveda que traga y da a luz al Sol. | El Infinito y el Ciclo Celeste. |
| Osiris | La vida, la resurrección, el mundo de los muertos. | La Regeneración y el Destino. |
| Isis | La magia, la sanación, el trono. | El Poder del Orden y la Protección. |
| Seth | El desorden, la violencia, el desierto. | El Caos Necesario (Isfet). |
| Neftis | La oscuridad, la muerte y lo invisible. | Lo que Acompaña al Fin. |
La Enéada establece que el universo, aunque nace del orden, contiene su propia semilla de desorden (Seth). La creación no eliminó el caos; lo domesticó y le dio un lugar fijo en la estructura del mundo. Este grupo de nueve dioses completa el escenario donde se desarrollarán las grandes narrativas de la mitología egipcia, la moralidad y la vida humana.
La Creación a Través del Intelecto: Ptah de Menfis
La versión de Heliópolis nos ha mostrado la creación como un proceso físico de autoengendramiento y separación de elementos. Sin embargo, los sacerdotes de Menfis —una de las capitales más antiguas y poderosas de Egipto— propusieron una cosmología radicalmente diferente y mucho más abstracta.
Ellos honraron a Ptah, el dios artesano y patrono de los constructores, como el verdadero origen del cosmos. Esta narrativa es inquietante porque sitúa la fuente de la creación no en la fuerza sexual o el caos acuático, sino en la mente.
El Logos Egipcio: Corazón y Lengua
Para Menfis, Ptah existía antes que Atum y Nun. Él es la inteligencia que da forma al potencial. La diferencia clave se resume en dos conceptos:
El Corazón (Mente/Inteligencia).
Ptah concibió el universo en su corazón, pensando primero en las formas, las funciones y los nombres de los dioses y las cosas.
La Lengua (Palabra/Logos).
Luego, Ptah pronunció lo que había pensado. Al articular las palabras, la creación se materializó instantáneamente.
Es la idea más pura del "Verbo Creador": "Lo que es pensado es; lo que se nombra existe".
Si Atum es el constructor que se levanta por fuerza propia del barro, Ptah es el arquitecto que traza los planos antes de que la primera piedra sea colocada. Esta versión responde a tu pregunta inicial de una forma diferente: la necesidad de orden en el ser humano es innata porque el universo mismo fue concebido como un pensamiento ordenado por Ptah.
El Resultado Inquietante:
Esta narrativa implica que el orden (Ma'at) no es el resultado de una lucha constante (como en la separación de Geb y Nut), sino la consecuencia inevitable de la lógica divina. El mundo existe porque fue pensado a la perfección.
Atum y el resto de la Enéada son, para Menfis, meras ejecuciones materiales del plan intelectual de Ptah.
Esta capa de complejidad demuestra que los egipcios no tenían una única respuesta para el origen del mundo, sino que debatían sobre si la existencia era fundamentalmente un acto de voluntad física o un producto de la mente pura.
Ecos del Nun: El Mito Frente al Universo Moderno
La mitología egipcia no solo ofrece una hermosa historia de origen; proporciona un marco conceptual que, sorprendentemente, resuena con algunas de nuestras ideas modernas más complejas, tanto científicas como filosóficas.
El Universo Científico: El Nun y el Big Bang
El concepto egipcio de Nun (el Océano Primordial, oscuro, acuoso e infinito que lo contiene todo) tiene paralelismos intrigantes con la física moderna:
El Vacío Cuántico
El Nun no es la "nada absoluta", sino un estado que contiene el potencial de toda la materia y energía, una idea similar al vacío cuántico de la física. En este vacío, partículas virtuales aparecen y desaparecen constantemente, sugiriendo que la "nada" es en realidad una reserva de potencial.
La Singularidad del Big Bang
El surgimiento de la Colina Primordial (Benben) desde el Nun se asemeja al nacimiento del universo desde la singularidad inicial del Big Bang. En ambos casos, el universo emerge de un estado indiferenciado (el Nun o la singularidad) hacia un estado de forma y estructura. El Benben, como el punto inicial de la materia, es el primer desafío al caos.
El Desafío Filosófico: El Orden y el Propósito
El enfoque en el conflicto entre el caos y el orden encuentra un eco profundo en la filosofía existencial y la psicología:
Ma'at vs. Isfet
La lucha continua por mantener el orden (Ma'at) contra el caos (Isfet, representado por Seth) es una metáfora perfecta para la condición humana. Filosóficamente, la vida es la imposición constante de la estructura, el propósito y la moralidad ante la indiferencia del universo.
La Creación de Ptah y el Logos
La idea de Ptah creando el mundo a través del pensamiento y la palabra (el corazón y la lengua) es la versión egipcia del concepto griego del Logos (la razón o la palabra divina). Esta visión nos sugiere que la realidad no es solo un accidente físico, sino que está tejida con el lenguaje y la racionalidad, elevando la conciencia humana a una participación divina.
La Cultura Moderna: El Resurgimiento de la Mitología
En la cultura moderna, la fascinación por el origen egipcio perdura:
La Arquitectura y el Poder
La importancia de la Colina Primordial se reflejó en las pirámides, que eran literalmente montes artificiales diseñados para replicar el Benben y ayudar al faraón (un reflejo de Atum) a ascender al Sol.
Narrativa de Héroes
Muchas historias modernas se basan en el arquetipo de la lucha de la luz contra la oscuridad (Osiris vs. Seth), mostrando que la necesidad de definir el bien y el mal sigue siendo el motor narrativo central de nuestra cultura.
Al entender la mitología egipcia, no estamos solo estudiando historia antigua, sino examinando las primeras grandes preguntas que la humanidad se hizo sobre por qué existimos, y cómo nuestro deber es mantener a raya el caos que nos rodea.
Preguntas Frecuentes sobre la Creación
1. Si Atum creó el mundo, ¿por qué se menciona tanto a Ra?
En realidad, Atum y Ra son dos aspectos del mismo poder solar. Atum es la manifestación del Sol cuando se autocrea en la Colina Primordial y cuando se pone (el Sol de la tarde), representando el fin de los ciclos. Ra es el Sol en su apogeo diario y su poder durante el día, manteniendo el orden (Ma'at). Con el tiempo, se fusionaron en Atum-Ra o Ra-Atum, simbolizando la totalidad del ciclo solar: creación, vida y muerte.
2. ¿Qué es el "Nun" y por qué se le llama un "Océano Primordial" si no era agua?
El Nun es más un concepto que un océano físico. Es la personificación del caos ilimitado y sin forma que existía antes de la creación. No era la nada absoluta, sino una reserva de potencial líquido, oscuro e inerte. El mito usó la idea de "agua" (el Océano Primordial) porque el Nilo era la fuente de toda la vida y el caos se entendía como un estado sin límites ni orillas.
3. ¿Por qué hay varias historias de la creación (Heliópolis, Menfis, etc.)?
El Antiguo Egipto era una civilización con fuertes centros de culto regionales. Cada ciudad principal (Heliópolis, Menfis, Hermópolis) tenía su propio templo y sacerdotes que elevaban a su dios local al estatus de Creador Supremo. Esto resultó en varias cosmogonías. La gente no veía contradicción; simplemente creían que su dios local era la fuerza primigenia que dio origen a todos los demás, incluyendo a Atum o Ra.
4. ¿Cuál es el papel de Ma'at en la historia de la creación?
Ma'at (Justicia, Verdad y Orden Cósmico) es la condición bajo la cual la creación puede existir. El universo nació cuando Atum impuso el orden al caos del Nun. La creación no fue un evento único, sino una lucha continua. El papel del faraón y de cada egipcio era vivir de acuerdo con Ma'at, para que el orden se mantuviera y el mundo no regresara a las aguas del caos.
5. ¿Cómo se creó la humanidad según estos mitos?
La creación de la humanidad se atribuye generalmente a Atum (o Ra). Hay dos mitos principales: 1) Atum lloró al no encontrar a sus hijos (Shu y Tefnut); las lágrimas que cayeron sobre la Colina Primordial se convirtieron en los primeros humanos. 2) Atum creó a la humanidad a partir del barro o el aliento de su propia boca. En ambos casos, el hombre es un producto directo de la sustancia o la emoción del dios creador.
Conclusión: El Deber Eterno de Ma'at
Hemos viajado desde las profundidades del caos sin forma (Nun) hasta la estructura precisa de la Enéada y la sofisticada concepción mental de Ptah. Pero la lección más profunda que nos deja la cosmogonía egipcia no es cómo comenzó el mundo, sino cómo se sostiene.
La creación, el Zep Tepi, no fue un evento estático que ocurrió y terminó. Fue el primer gran acto de orden (Ma'at) sobre el desorden (Isfet). El universo, tal como lo conocemos, es un sistema frágil que exige ser mantenido activamente día tras día. Cada amanecer (el regreso de Ra) era una repetición de la creación original; una prueba de que el orden había ganado una batalla más.
El Eco en la Vida Humana
La mitología nos recuerda que el caos no es una amenaza externa; es una posibilidad eterna.
- Si Atum se cansa, el cielo colapsa.
- Si el faraón actúa con injusticia, la inundación del Nilo falla.
- Si el ser humano elige la mentira o la violencia, el orden social se rompe.
Tu vida, según esta visión, es un microcosmos del cosmos. Cada decisión que tomas a favor de la verdad, la justicia y el equilibrio es un acto sagrado que contribuye a sostener el universo entero.
La pregunta que nos heredan los egipcios no es si la ciencia tiene razón sobre el Big Bang, sino si estamos dispuestos a asumir la responsabilidad cósmica que ellos sintieron: ¿Somos partícipes del Orden, o permitimos que el Caos regrese?
Miles de años después, las historias de la Colina Primordial y el dios que pensó el mundo siguen resonando, recordándonos que el propósito de la vida es simple y sublime: existir con sentido y asegurar que la luz regrese, una vez más, mañana.
Sigue Cuestionando
Esperamos que este viaje a través de los mitos de la creación egipcia haya encendido tu propia curiosidad sobre el origen y el propósito. Estas historias, lejos de ser meras fábulas antiguas, nos invitan a reflexionar sobre las preguntas eternas que aún nos inquietan.
¿Qué te pareció esta exploración del caos y el orden en la visión egipcia? Nos encantaría conocer tus pensamientos. Deja un comentario abajo compartiendo tus reflexiones, o cuéntanos qué otros misterios del Antiguo Egipto te gustaría que exploremos en futuras entradas. Además, no te pierdas nuestros artículos sobre la Mitología Griega y sus poderosos Dioses, Zeus, el Rey del Olimpo, y Poseidón, el Señor de los Mares, para una visión completa
¡Gracias por unirte a nosotros en este viaje a través de la Primera Vez!
Cita en formato APA:
Castañeda, M. (2025, diciembre 10). el mito de la creación en la mitología egipcia. Interrogantes Infinitos. https://www.interrogantesinfinitos.com/2025/12/mito-egipcio-creacion.html
© 2025 – Este artículo fue elaborado por Maribel y se basa en investigación con fuentes verificadas. Puedes conocer más sobre ella en Su Biografía de Autora.




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